La llegada de las Navidades significa un significativo repunte de la industria de las librerias, pues los libros considerados uno de los regalos estrella de estas fechas. De hecho, ciertos autores y editoriales se esperan precisamente a la llegada de las fechas navideñas para lanzar sus últimas novedades, sabiendo que su público no puede resistirse a la doble tentación: leer algo de sus autores favoritos, y quitarse de encima el marrón de escoger un regalo sabiendo que se acertará seguro con una buena lectura.
Cada año las tendencias en cuanto a categorías lectoras van cambiando, siempre dependiendo del público y de sus apetencias. El por qué es una variable que no puede definirse a priori, aunque llegando al tercer trimestre del año ya se puede ir dislumbrando algo. Las principales categorías suelen ser siempre las relacionadas con la ficción, como son la literatura fantástica, de misterio y la romántica o erótica, sobre todo si el público es relativamente joven. Pero, ¿acaso la lectura es algo solo relacionado con la gente joven? Claro que no, y en los últimos tiempos, ha sido otro público diferente el que ha empezado a marcar diferencia: la tercera edad.
Hasta hace unas décadas, nuestros abuelos y abuelas eran en su gran mayoría analfabetos, con lo que el mercado literario no podía contar realmente con ellos para su desarrollo; sin embargo, en la actualidad, muchas personas que llegan a la edad de la jubilación, y por ende tienen tiempo libre para su ocio, se convierten en ávidos lectores. Sin embargo, sus gustos los diferencian claramente de otros lectores de títulos y géneros más comerciales como los anteriormente señalados, decantándose claramente por las obra de no-ficción. Así, biografías, crónicas históricas y grandes relatos se han convertido en los géneros favoritos del público considerado “maduro”; y entre ellos, los libros de aficiones y autoayuda se venden como rosquillas. Y aunque pueda parecer increíble, los que se llevan el gato al agua son los que tratan de la sexualidad en la edad madura.
Los videos porno maduras que vemos en las webs pornográficas podrían dar una idea de que, nos guste o no, nuestros abuelos y abuelas siguen siendo muy activos sexualmente en su edad avanzada; o, al menos, lo que les permitimos. Existe la idea de que, al menos en lo que se refiere a las mujeres maduras, estas pierden el interés en el sexo en cuanto se convierten en menopaúsicas: los cambios en su cuerpo y una cierta tendencia a pensar que ya no son unas mujeres totalmente completas al perder la opción de la maternidad son los responsables de esta teórica pérdida de interés. La primera razón es algo objetivo, de lo que la ciencia puede dar fe; la segunda, sin embargo, es una cuestión sociológica, instalada en la mente femenina por su rol tradicional. Sin embargo, la sociedad evoluciona y cambia, y es un hecho que la vida sexual en las mujeres se alarga cada vez más; y no solo eso, sino que el sexo con maduras es altamente satisfactorio, pues hablamos de mujeres experimentadas conocedoras de su propio cuerpo, y también del de sus parejas.
Tal parece que el sexo pasados los 60 es todavía una especie de tabú entre la sociedad, como si no se pudiera ser activamente sexual una vez convertidos en jubilados y jubiladas. Pero está comprobado, no sólo sus múltiples beneficios para la salud física, sino también para la psicológica, y que es uno de los factores que pueden hacer al cuerpo mantenerse en plena forma. Por suerte, nuestra tercera edad no tiene nada que ver con las de generaciones anteriores; nuestros mayores se mantienen activos, y aprovechan su salida del mercado laboral para realizar todo tipo de actividades para su ocio y disfrute, quizá las que no pudieron realizar antes. Y entre ellas, está la lectura, con géneros que pueden no ser muy aplicables a su edad, pero que gozan mucho.
No hay comentarios
Los comentarios están cerrados.