En un par de días llegará uno de los mejores días del año y de las fiestas navideñas; dicen que es una noche mágica para los pequeños, pero la verdad es que yo tengo ya una edad considerable, y todavía la espero con mucha ilusión, aunque en ocasiones sepa perfectamente lo que me espera y el factor sorpresa ya se haya esfumado. Me estoy refiriendo, por supuesto, a la noche de Reyes. Qué tontería es esa, a todos nos gusta pillar regalos, y aunque hay gente exquisita que se toma en serio eso de “si no te gusta lo puedes devolver”, la gran mayoría del personal acepta gustosa lo que le toca, aunque no sea de su agrado, no lo necesite o no sea precisamente lo que esperaba. Y con el paso de los años, me he dado cuenta de una cosa muy curiosa: que hay ciertas personas en una familia que siempre aciertan con sus obsequios, y esas son, por supuesto, nuestras queridas abuelas. Reflexionaba sobre ello hace unos días, mientras tomaba una ración diaria de videos xxx porno. Las mujeres mayores, y sobre todo las abuelas, que han sido madres como quien dice dos veces, tienen una intuición especial…
Sólo un par de días y ya entramos en Diciembre, y aunque al principio de mes son muchos los países que celebran otras fiestas, en realidad medio mundo tiene la vista puesta en las semanas finales, cuando nos encontremos de lleno en la Navidad, esa época del año que se supone llena de magia, amor y paz. No siempre se cumplen estas premisas, por muy buenos propósitos que todos nos hagamos ahora y al principio del nuevo año; pero es cierto que a todos nos gusta pensar que somos mejores personas de lo que seguramente somos, y queremos que eso se cumpla al menos durante unos días. Envuelto en este espíritu tan solidario, durante algunos años recuerdo que se me han ocurrido las historias más melosas y llenas de amor de toda mi creación. Creo que me he visto influido por las películas empalagosas de cierto canal de televisión que nos bombardea durante todas las vacaciones navideñas, y entre el amor, el cariño y la familia, me salieron unos relatos pastelones que después no prosperaron ni llegaron a nada, y seguro que todavía andan por un cajón. Pero si me acuerdo hoy de ellos es porque, otra vez, vuelve a…